TEGUCIGALPA, Honduras. — Gran cantidad de personas asistieron el jueves al sepelio del popular periodista Aníbal Barrow, asesinado por sus captores en la norteña ciudad de San Pedro Sula.
"Padre, te amo y tu familia te ama", dijo su hijo Alejandro frente al ataúd de Barrow en un cementerio privado de la ciudad. "Y sabemos que ahora estás al lado de Dios, que bendice tu alma".
Tras elogiar la labor del comunicador, el presidente Porfirio Lobo condenó "enérgicamente su vil asesinato".
El depuesto ex presidente Manuel Zelaya también expresó su dolor.
"Aníbal: tu sufrimiento y muerte cruel es inmerecida. Nos queda la fe en Dios y hermosos recuerdos de tu vida", escribió Zelaya en su cuenta de twitter. Los militares derrocaron a Zelaya en junio de 2009.
Asimismo, la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Lisa Kubiske, dijo en twitter que "queremos expresar (nuestras) condolencias a la familia de Aníbal Barrow. Muy triste. La violencia no resuelve nada".
Reporteros Sin Fronteras declaró en un comunicado que "aunque la investigación en curso ha arrojado resultados, la impunidad permanecerá mientras no se identifique y juzgue a los autores intelectuales del asesinato".
Para esa organización, "un testigo protegido aseguró a la policía que una banda de delincuentes que opera en la costa atlántica hondureña habría recibido 20.000 dólares por matar al reportero, una suma que, según algunos medios del país, habría sido pagada por un personaje poderoso".
Fuentes del Ministerio Público no quisieron referirse al tema, pero la versión fue publicada en el periódico local Tiempo.
Roberto Ramírez, jefe de fiscales, dijo a la AP que Barrow fue asesinado de dos disparos a menos de una hora de haber sido raptado.
El jefe nacional de la policía, general Juan Carlos Bonilla, indicó que el cuerpo del periodista estaba cortado en tres partes. "La cabeza separada del tórax y también las piernas y los brazos", afirmó.
Barrow, de 60 años, fue secuestrado el 24 de junio por hombres armados cuando iba en su camioneta por una calle de San Pedro Sula junto con dos familiares y su chofer, pero estos fueron dejados en libertad prontamente e ilesos.
Tenía un popular programa noticioso llamado "Aníbal y Nada Más" en televisión Globo en San Pedro Sula.
Para el Comisionado Nacional de Derechos Humanos, al menos 35 periodistas han muertos de manera violenta en diez años en Honduras y solo un caso ha sido condenado por la justicia.
Según estadísticas de ese organismo, un periodista fue asesinado en el gobierno del presidente Ricardo Maduro (2002-2006), cinco en el de Zelaya (2006-2009), uno en el de facto de Roberto Micheletti (28 junio 2009-enero 2010) y 28 en lo que va de Lobo: 12 en 2010, 6 en 2011, 9 en 2012 y uno en este año.
Datos de la ONU muestran que Honduras tiene una de las tasas delictivas más altas del mundo, de 85,5 por cada 100.000 habitantes, incluyendo ataques a periodistas.
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