Por Benny Rodriguez
Barahona.- La provincia de Barahona, al igual que Pedernales, Bahoruco e Independencia, tienen cifradas sus esperanzas y anhelos de desarrollo en la industria del turismo, pero lograr ese deseo no ha sido posible en décadas.
El presidente Danilo Medina Sánchez, con su pronunciamiento de que “ha llegado la hora del Sur”, alimentó aún más ese anhelo de los habitantes de la Región Enriquillo que de una vez y por todas están decididos a cambiar los rostros de miseria y desesperanza por caras felices y de alegría.
Pero, cada vez que hay una brecha por dónde lograr el desarrollo anhelado (Pedernales tiene esperanza), son muchos los obstáculos en el camino que impiden la cristalización de importantes proyectos de infraestructura que frenan los proyectos o los inversionistas terminan yéndose con sus capitales a otros lados.
La zona Suroeste, es las regiones del país que mayores atractivos: montañas, aguas azufradas, ríos, ecoturismo, el lago más grande de las Antillas y la única entre dos lagos: Azuei y Enriquillo, pero esos recursos no han logrado despegar, distinto a otras zonas que con menos pueden exhibir logros.
Unificación
Ahora, diversos sectores de esta provincia: del empresariado, del comercio, los ayuntamientos, distritos municipales, gestores del turismo, organizaciones de jóvenes han decidido unificarse para conseguir cambiar la realidad de la zona y lograr el bienestar de sus habitantes.
Con ese propósito ofrecieron su absoluto respaldo al complejo hotelero “Perla Sur”, levantado por inversionistas privados en la comunidad de costeña del municipio de La Ciénaga.
Los alcaldes de Santa Cruz de Barahona, Noel Octavio Suberví Nín, La Ciénaga; Kelvin Féliz, Jaquimeyes; Valentín Batista (Carlitos Pollo), Elena Nunciatini, directora ejecutiva del Clúster Turístico, el director distrital Abraham Jame, Luis E. Arboleda Gómez, presidente de la Cooperativa Larimar, empresarios y comerciantes, dijeron estár empoderados para defender el proyecto ante los intentos de abortarlo antes de que empiece a caminar.
Explicaron que el proyecto cumple con todo los requisitos ambientales, razón por la cual Medio Ambiente aprobó la construcción del complejo hotelero que conforme a las informaciones serán 3 mil habitaciones que se levantarán donde anteriormente funcionó el hotel Bahoruco Beach Resort, de la cadena Barceló.
En el año 2013 la cadena internacional hotelera, cerró el referido hotel y 13 años después, el Banco de Reservas lo vendió a la empresa Castillo López y Asociados, vinculada al actual ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, una operación que envolvió 54 millones de pesos.
La empresa pagó 16 millones, de los 54 estipulado en el contrato producto de la operación financiera y un acuerdo de saldar los restantes 38 millones de pesos a través de un financiamiento a 10 años, explicó en ese momento Alexander Castillo, hijo del ministro.
Conflicto en torno al proyecto
Aunque el proyecto hotelero de 3 mil habitaciones, prácticamente cuenta con el apoyo de los pobladores de La Ciénaga y Bahoruco, que son las beneficiarias directas con su ejecución, entorno a su construcción se cierne un ruido que perturba a sus inversionistas.
Según la versión de algunos comunitarios el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizó la construcción de una verja que viola la Ley 64-00.
Aseguran que se permitió construir la pare a 30 metros del mar, en vez de los 60 que establece la Ley 64-00, a lo que se oponen los comunitarios.
Alegan que, al levantar en bloques la pared hasta varios niveles priva a los comunitarios de disfrutar del mar y del paisaje, sobre todo, cuando se trata de un bien colectivo que no debe ser enajenado por particulares.
Las comisiones ambientales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en la persona del exdirector del Centro Barahona, ingeniero Rafael Matos Féliz, de UCATEBA y la Sociedad Ecológica de Barahona, hacen un levantamiento para determinar cuál es el real impacto ambiental que provoca la construcción, el cual no lo han procesado.
BARAHONA, - El problema que habitualmente afecta al hospital regional universitario Jaime Mota no es el cambio de dirección, sino la falta de una mayor partida presupuestaria de parte del Servicio Nacional de Salud (SNS).
