por Benny Rodriguez
Barahona.- Un contingente policial, comandados por un coronel, desmanteló las bocinas del centro de diversión “Jangueo en Cabral”, propiedad de Jorge Emilio Féliz (Sanabito), sin que hayan razones para tal acción.
Féliz, quien conversó de lo sucedido con LALUPADELSUR, dijo que cuando acudieron a la sede de la Dirección Regional Sur de la Policía Nacional a averiguar lo sucedido el coronel, el cual no identifican por su nombre supuestamente lo irrespetó a él, a su madre y a su esposa.
Dijo que a su progenitora, doña Flerida Féliz, una reconocida y respetada abogada de esta ciudad, el oficial policial no solo le habló en forma descompuesta, sino que, amenazó con “trancarla” a ella, a él y a su esposa Yasona González.
“Creíamos que era algo superado, pero entienden ahora que no, ya que el comportamiento del oficial policial lo retrotraen a los tiempos de “trucupey” en el que el ciudadano no era respetado por la autoridad competente.
Sanabito, dijo que tiene 13 años operando su negocio, el cual está frente al parque del municipio de Cabral, en donde no hay viviendas en su alrededor, sino otros negocios de su misma naturaleza, ya que es respetuoso de la ley.
Señaló que ellos respetan el horario establecido por las autoridades, cerrando el establecimiento de diversión 10 minutos antes de lo estipulado, maneja el nivel de decibeles permitido, ya que como abogado e hijo de padres que son profesionales del derecho no le lucen actuar contrario al espíritu de las leyes.
Féliz, quien denunció el caso a la redacción de LALUPADELSUR, dijo que él, su madre Flerida Féliz y su esposa Yasona González, presentarán formal querella contra el oficial policial por el maltrato de que fueron objeto, así como para que devuelva las bocinas que se llevó de su negocio.
Manifestó que el oficial no acudió al lugar acompañado de una autoridad competente: el Ministerio Público, de la provincial del Ministerio de Medio Ambiente ni de inspectores del programa Control de Bebidas Alcohólica (COBA), del Ministerio de Interior y Policía.
Afirmó que es un negocio que opera bajo el amparo de la ley, la cual no violenta, paga los impuestos correspondientes a la DGIII, no ocupa las aceras, no está en las calles ni obstaculiza el libre tránsito o la tranquilidad de la población.
Cree que se trata de una acción dirigida contra él y su familia, porque el oficial no solo los irrespetó con un lenguaje inadecuado, poco cortés, poco caballeroso, sin que se le faltara el respeto, para amenazar con trancarnos y cerrarle el negocio.