La indagación que empezó hace casi un año sobre la supuesta coordinación entre la campaña republicana y operarios de inteligencia rusa para dañar a Hillary Clinton ha terminado incluyendo a la Casa Blanca y al propio presidente por posible obstrucción de justicia.
En marzo pasado, el entonces director del FBI James Comey reveló ante el Senado que estaba en marcha esa investigación, disparada por el hackeo de los sistemas del Partido Demócrata del que la comunidad de inteligencia resposanbilizó a Rusia.
Tras el abrupto despido de Comey, el Departamento de Justicia subió el rango del caso al encargar a un fiscal especial el manejo del caso, Robert Mueller (justamente el predecesor de Comey en el FBI)
Sin contar las averiguaciones que están haciendo cuatro diferentes comités del Congreso, dos del Senado y dos de la Cámara de Representantes, estas son las tres vertientes que considera el fiscal especial del ‘Rusiagate’.
1 - Posible colusión con Rusia
El objetivo original de la investigación. El FBI empezó a estudiar el hackeo de sistemas del Comité Nacional del Partido Demócrata que permitieron la difusión de miles de correos electrónicos de responsables de la campaña de Hillary Clinton.
En enero, un reporte de la comunidad de inteligencia concluyó que el presidente ruso Vladimir Putin había ordenado la campaña de inteligencia y espionaje electrónico para “debilitar la fe en el proceso democrático en EEUU, denigrar a la secretaria Clinton y afectar sus posibilidades de ser elegida”.
De acuerdo con la evaluación de las agencias estadounidenses, los rusos tenían una clara preferencia por la candidatura de Trump, pero lo que no han logrado responder es si hubo elementos de la campaña republicana que conocieran la operación rusa y si llegaron a participar en ese esfuerzo, consciente o inconscientemente.
La CIA ha estado analizando contactos entre operativos de la campaña de Trump y agentes rusos, que en mayo el exdirector de la CIA, John Brennan, describió al Senado como “preocupantes”.
El exasesor de seguridad nacional Michael Flynn es el funcionario de más alto rango objeto de las pesquisas, quien tuvo que renunciar a poco de asumir su cargo en el nuevo gobierno luego de que los medios publicaran que no reveló la naturaleza de sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergei Kislyak.
El ex director de campaña Paul Manafort, sus asesores, Roger Stone y Carter Page, junto al yerno y asesor presidencial Jared Kushner, son parte de esa investigación y además se espera que sean llamados a testificar ante las comisiones parlamentarias que conocen el caso.
El ahora fiscal general Jeff Sessions tuvo que recusarse de conocer datos sobre la marcha de la investigación por reuniones que tuvo con el embajador ruso en Washington de las que no había informado al Senado durante su proceso de confirmación.
2 - Posible obstrucción de la justicia
El abrupto despido de Comey como jefe del FBI, ocurrido el 9 de mayo, cambió la dinámica de la investigación y sumó al expediente el caso de posible obstrucción de la justicia por parte del presidente Donald Trump, como confirmó el propio presidente en su reacción a los informes presentados por los medios.
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Según dijo Comey a principios de junio en su primera comparecencia ante el Senado tras su despido, el presidente le pidió ver si podía “dejar pasar” la investigación sobre Flynn y además que informara públicamente que él no estaba bajo averiguaciones.
Pero la entrevista con NBC el 11 de mayo, Trump aseguró que se deshizo de Comey por causa de la “falsa” investigación del ‘Rusiagate’, contrariando la versión oficial e que había sido por su mal desempeño al frente de la agencia, llamó la atención de los investigadores
Trump critica que sea parte de las averiguaciones, aunque han sido sus acciones y declaraciones las que lo han puesto en el centro del caso.
3 - Posibles crímenes financieros
De acuerdo con reportes de medios, el fiscal especial Robert Mueller está investigando las finanzas y los negocios de Jared Kushner, el yerno y asesor del presidente Donald Trump, como parte de la investigación sobre la injerencia de Rusia, según informa el diario Washington Post.
Los agentes y fiscales también han estado examinando los tratos financieros de otros asociados de Trump, entre otros el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn, el expresidente de campaña Paul Manafort y Carter Page, quien fue nombrado asesor de política exterior para la campaña.
Lo que se averigua en el caso de Kushner es cómo en sus contactos con Sergey Girkov, el jede del Vnesheconombank , el banco de desarrollo del gobierno ruso afectado por las sanciones impuestas por Washington a raíz de la anexión de Crimea, pudo haberse servido de su cercanía al presidente pata promover negocios familiares.
El banco ruso Vnesheconombank, que ha sido objeto de sanciones estadounidenses después de la anexión de Crimea por Rusia, dijo que la sesión se celebró por razones comerciales debido al papel de Kushner como jefe de la compañía inmobiliaria de su familia.
También se están analizando los negocios de Flynn con la televisora Russian Today, que EEUU considera una maquinaria de propaganda del gobierno ruso, y sus vínculos con gobiernos extranjeros para los que ha trabajado como promotor en Washington. El Pentágono también estudia si Flynn violó las leyes que le aplican como militar retirado al trabajar con intereses foráneos.
Hay que aclarar que la investigación de Mueller todavía está en una fase relativamente temprana, y no está claro si alguna acusación criminal será presentada cuando esté completa.
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