lunes, 29 de febrero de 2016

OPINION: Historia de los discursos de 27 de febrero.

felixPor FELIX BETANCES.
Un discurso es la organización y estructuración de varias ideas que se expresan en forma ordenada, con la finalidad de dar a conocer algo, ya sea en forma didáctica es decir con el objeto de enseñar o instruir; o con la finalidad de informar, promover u ofrecer algo con miras hacia un futuro determinado.
A partir de la proclamación de la Independencia Nacional, 27 de febrero de 1844 y hasta la fecha 27 de febrero de 2016, la Sala del Congreso Nacional ha sido escenario, tal y como lo establece la Constitución de la República; de 172 discursos de Rendición de Cuentas por parte de los diferentes Presidentes que ha tenido el País.
A juzgar por la forma de elaboración y manejo que cada mandatario imprime a su pieza oratoria, se puede decir que cada uno elabora un traje a su medida.
Año tras año, al ser evaluados los discursos de los presidentes, encontramos diversas y variadas opiniones, unas a favor y otras en contra; es decir que se puede asegurar, que ninguno ha llenado las expectativas del total de la población ya que no siguen un patrón establecido, ni tampoco un orden específico.
Son varios los factores que pueden definirse al respecto: primero, no hay forma de evaluar justamente la realización de actividades, debido a que en muy pocos casos, por no decir en ninguno, se trata de programaciones ni proyecciones previamente planificadas, es decir que cada uno anda haciendo lo que más le acomoda, haciendo las inversiones en los sectores y áreas que más les conviene resaltar, dejando de lado en la mayoría de los casos, las principales necesidades de la población.
Se convierten en brillantes piezas oratorias, pero vacías de contenido, ya que dicen gobernar para el pueblo y en nombre de éste, pero sin tomarlo en cuenta.
Cada año se somete al Congreso Nacional un proyecto de Presupuesto y una Ley de gastos públicos, pero a qué sector de la población se toma en cuenta?, o sea que actúan a nombre del pueblo obviando si este está a conocimiento de lo que se está haciendo y de si está acorde con lo que se hace.
Entre ellos hemos escuchado discursos politiqueros en los que más que rendir cuentas de los recursos recibidos y gastados o invertidos, han estado dirigidos más a destacar las cualidades del presidente y a motivar incluso la necesidad de que éste continúe al frente del poder en caso de años electorales principalmente.
No basta la duración de los discursos ni el colorido que cada expositor le imprima, mientras más abultada es su carga emotiva y económica, peores son los beneficios que de ellos recibe el pueblo en su ejecución real y cada año, es mayor la carga económica y el endeudamiento de la sociedad, además del costo real que año tras año, afecta más y más, los bolsillos de los ciudadanos.
Finalmente y lo más lamentable de todo, es que en cada período, se engrosa la lista de los que se hacen millonarios a costa de los recursos del pueblo, con la cobija de quienes nos gobiernan y apoyados en cada Presupuesto Nacional, mientras que inversamente proporcional, también aumenta el listado de pobres e indigentes, desamparados de la caridad pública.
¿Cambiará esto alguna vez o será un destino eterno?

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