SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La desregulación del sistema financiero que promueve Donald Trump tendría inicialmente un impacto positivo en la República Dominicana, pero se constituye también un factor de riesgo e incertidumbre ante el que deben estar preparados los bancos centrales de las economías emergentes.
Así lo plantea un análisis del Departamento de Programación Monetaria y Estudios Económicos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), sobre las perspectivas y posibles escenarios a que puede esperar el país de la política monetaria de desregulación financiera que pretende implementar la nueva administración estadounidense, sobre todo a través de la modificación de la Ley Dodd-Frank.
Dados los vínculos existentes entre ambas economías, el documento señala que se esperaría en principio un efecto positivo en la República Dominicana a través de los canales del comercio, el turismo, las remesas y la inversión.
Adicionalmente, un aumento de la oferta de crédito “podría incrementar la liquidez en los mercados internacionales”, facilitando el acceso a crédito de las economías emergentes.
No obstante, apunta que la experiencia histórica “sugiere que a medida que pasa el tiempo un proceso de desregulación podría aumentar los desequilibrios del sistema financiero e incrementar la probabilidad de crisis”.
En ese sentido, los bancos centrales enfrentarían nuevos retos que requerirían de “ajustes en su marco macroprudencial” con el objetivo de reducir los riesgos y cumplir con su nuevo rol de promover la estabilidad financiera.
Añade que dada la memoria reciente de la crisis financiera internacional, no se puede descartar que los agentes económicos eventualmente corrijan su optimismo y se modere el impacto esperado sobre el crecimiento.
Ante esta posibilidad, los bancos centrales de las economías emergentes “deberán estar preparados para reaccionar oportunamente a cambios en el escenario internacional que puedan incrementar la incertidumbre y afectar el balance” de riesgos macroeconómicos.
En ese sentido, podrían utilizar de manera pro activa sus instrumentos de política monetaria, particularmente la tasa de interés de referencia, para señalizar su compromiso de preservar la estabilidad de precios y mantener ancladas las expectativas de los agentes económicos en torno a la meta de inflación.
Medidas preventivas
Es precisamente en este contexto –indica el BC- que se enmarca la decisión del organismo de incrementar su tasa de política monetaria (TPM) de 5.0% a 5.5% en la reunión de octubre pasado.
Como se indicó al momento de adoptar la medida, el alza de tasas “tuvo un carácter preventivo y tomó en consideración las proyecciones de inflación ante un escenario caracterizado por alzas en las tasas de interés de la FED, mayores precios internacionales de petróleo e incremento en la incertidumbre asociado al proceso electoral” norteamericano.
Destaca que a medida de política monetaria del BCRD ha sido considerada apropiada por la misión del FMI que visitó recientemente el país, al considerar que “los riesgos al alza en las perspectivas de inflación derivadas de las condiciones financieras mundiales, la política monetaria se ha inclinado adecuadamente hacia la aplicación de medidas más restrictivas”.
Otro activo “con el que cuenta la República Dominicana para enfrentar este escenario internacional complejo, es que por más de una década ha preservado un sistema financiero saneado, rentable y patrimonialmente fortalecido”.
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