viernes, 11 de octubre de 2013

CITA CON EL LISTÍN Más luz: mejores plantas "Sin el cambio de matriz de generación no hay forma de que haya una solución al problema eléctrico", afirmó el vicepresidente ejecutivo de la CDEEE.


Jairon Severino y Windler Soto
jairon.severino@listindiario.com / windler.soto@listindiario.com
Santo Domingo
El sector eléctrico está en medio de un proceso de cambio de matriz energética. Las autoridades al frente de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) están conscientes del reto que tienen en el mediano plazo. 
Una de las metas del gobierno es dejar las bases que sostengan la solución definitiva a la crisis energética, la cual se caracteriza por un déficit que durante los últimos cinco años ha requerido más de US$5,000 millones. 
La entrada de nueva generación al sistema, esta vez 600 megavatios con dos plantas a carbón de 300 megas, es una de las apuestas de la actual gestión para bajar el déficit financiero que afecta al sector en su conjunto.
Cambiar la matriz: decisión de Estado
El vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), Rubén Jiménez Bichara, expresó que la actitud de animadversión que pudiera tener el sector privado respecto a la licitación de dos plantas de 300 megavatios a carbón, por parte del Estado, es una actitud natural y comprensible, pero ya es una “decisión de Estado”.
El funcionario entiende que una transformación de las fuentes de generación de electricidad es la salida más próxima a la crisis que padece el sector, la cual es eminentemente financiera. Señaló que la situación es tan especial que a veces las distribuidoras deben comprar energía a un precio que resulta ser el doble al que se puede vender.
“Si yo soy dueño de un área y puedo tener un negocio no quiero que lo tenga el Estado. Ahora bien, el problema está en que el Estado no puede esperar más. Hemos llegado al punto que aún teniendo el dinero no tenemos dónde comprar energía. Es difícil de aceptar, pero es una realidad que no podemos cubrir. Hay déficit de generación que se refleja en cada momento”, explicó el funcionario.
Según Jiménez Bichara, si en estos momentos se quisiera dar energía 24 horas en todo el país sería imposible. A manera de ejemplo, dijo que nadie puede tomar un vehículo del año 60 para ir a Montecristi todos los días, pues a la semana posiblemente no se moverá ni a una cuadra. “Esto es lo que sucede con el parque de generación”, apuntó.
El funcionario dijo que la energía alternativa es, en el caso de República Dominicana, tan costosa como la tradicional, por lo que en estos momentos no sería una solución importante al déficit de electricidad.
Explicó que la inversión inicial de cualquier proyecto de energía alternativa es muy alta, lo que por consiguiente hace costoso el precio de la electricidad. “Un precio fotovoltaico puede costar tres o cuatro veces más de lo que es una planta de generación tradicional. Una planta a gas puede tener un valor entre US$800,000 y un US$1,000,000 el megavatio. La fotovoltaica llegaría a hasta US$4 millones.
Proyectos
Respecto a los proyectos para el cambio de matriz, el vicepresidente ejecutivo de la CDEEE explicó que se trabaja con AES Dominicana el proyecto ITABO III de 300 megavatios a carbón, con lo cual se aprovecha la infraestructura de ese parque de generación y la experiencia de los operadores de esa planta.
Entre las iniciativas más importantes destacó el anuncio de la construcción de Quisqueya III a gas natural, con EGE Haina, mientras que adelantó que están avanzadas las negociaciones con la Compañía Eléctrica de San Pedro de Macorís (CESPM) para conversión a gas natural de Cogentrix.
Resaltó la licitación de dos plantas a carbón de 300 megavatios cada una que lidera el Estado, las cuales son parte de la estrategia de diversificación para agregar energía competitiva al sistema.
Explicó que la obsolescencia en que se encuentra la mayoría de las plantas de generación incrementa los costos de la energía producida.
Expresó que cuando el Gobierno habla de una solución integral no se trata sólo de darle participación a todos los sectores, sino que se ha distribuido el plan, en el que la generación tiene un 50% de la meta, la distribución el otro 50%, subdividido a su vez en 35% en pérdidas y 15% en eficiencia de gestión.
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EMPRESAS QUE SEAN REALMENTE RENTABLES

La falta de rentabilidad de las empresas de distribución forma parte de la preocupación del vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), Rubén Jiménez Bichara, quien pone de manifiesto la realidad del sistema.
Respecto al enfoque de empresas del sector eléctrico que sean realmente rentables, el vicepresidente de la CDEEE, explicó que Edenorte es un caso especial, ya que compra por encima del precio al que vende.
Indicó que si Edenorte no baja los costos entonces el otro camino será incrementar la tarifa de electricidad, pero ahí se provoca un problema social y económico, pues la factura ocupa más del 7% en la canasta familiar. “Tu única opción es tratar de reducir los costos. No es que el generador quiera venderte barato; es que él no tiene opción”, sostuvo.
Indicó que si se sube el precio de la energía, aun dándole electricidad todo el día, tampoco existe la posibilidad de que las personas paguen porque el precio sería muy alto.
"Se crean bases de la solución"
El problema energético dominicano no quedará del todo resuelto en la presente administración, pero quedarán las bases fundamentales para una solución definitiva a la crisis, pues el proceso debe involucrar diferentes etapas, entre las que están generación, rehabilitación de las redes de distribución, transmisión y comercialización.
Así lo dejó establecido el vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), Rubén Jiménez Bichara, quien señaló que en un escenario en el que el costo de los combustibles sigue en alza lo más recomendable es bajar los costos de generación. “Nosotros estamos apostando a una matriz de generación basada en carbón mineral y gas natural, y obviamente apoyando este proceso con energía alternativa para bajar los costos. No podemos poner todo en una misma canasta”, explicó.
Destacó que el carbón tiene una ventaja de almacenamiento que no es complicada y su disponibilidad en el área está bastante cerca. Además, dijo, no está en discusión su agotamiento, ya que hay suficientes reservas por muchos años.
Respecto al gas natural, apuntó que todo indica que los precios también serán favorables en el mercado, ya que Estados Unidos iniciará la exportación en los próximos años.
Jiménez Bichara recordó que estudios de previsión de demanda, de julio de 2012 y 2013, señalan que es necesario que el país inyecte 1,451 megavatios adicionales, de los que 600 deberían entrar urgentemente para evitar el colapso del sistema.
Indicó que la entrada de estos 600 megavatios no sería la solución al problema de oferta, pero sí se generaría una ligera mejoría respecto a lo que existe hoy. “Esto es lo que explica que el Gobierno haya lanzado una licitación para asegurar la instalación de estos 600 megavatios a carbón”. 
Reducción de pérdidas
La Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) concluirá este año un programa de rehabilitación de redes en todo el país, ascendente a US$250 millones financiados por organismos internacionales, el cual pretende reducir los altos niveles de pérdidas que enfrenta el sector, las cuales alcanzan el 38% de toda la energía que produce.
Se han implementado 106 proyectos de rehabilitación de redes con el apoyo de entidades financieras internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 
Rubén Jiménez Bichara informó que la entidad se encuentra en proceso de búsqueda de nuevos financiamientos para iniciar otros programas de acondicionamiento de redes a partir de 2014.
El año que viene esperan seguir avanzando en términos de la reducción. Se trata de un procedimiento con muchas complicaciones, según Bichara, pues en múltiples casos la rehabilitación implica establecer un nuevo sistema de cableado. Luego se necesita esperar la reduccir gradualmente las pérdidas. 
Esta es una alternativa ineludible con efectos inmediatos, a juicio del vicepresidente de la CDEEE. 
Además de la rehabilitación, las distribuidoras tienen que aplicar la reducción de costos, ya que tienen que asumir los precios de la energía junto a las claras dificultades en la cobranza. No pueden solicitar a las generadoras una reducción de la factura, pero tampoco el aumento de la tarifa de los consumidores es una opción que se toma en consideración, por su sensibilidad en la canasta básica de la población, sostiene Bichara.
Luego del trabajo con las redes, las distribuidoras deben iniciar el proceso comercial, el cual incluye la contratación de clientes y la instalación de medidores. Es un procedimiento lento, que implica tiempo para su culminación y la obtención de resultados. 
“Si te mantienes supervisando, se cae otra vez el proyecto. Puedes bajar tres punto hoy, pero puedes volver a subirlos dentro de tres meses, porque el problema de las pérdidas ha sido la inconsistencia de la inversión”.
Según Bichara, el análisis del sistema eléctrico en su conjunto lleva a la conclusión de que ha habido una ausencia de inversión en el momento en que se requería. 
Y es que existe cerca de 1 millón de consumidores de electricidad que no pagan por el servicio que reciben. El 38% de la energía que se produce en el país se pierde. 
Bichara destaca que el programa integral de solución de pérdidas requiere de la intervención de todos los actores involucrados en el proceso, desde los generadores hasta consumidores, involucrando de manera conjunta a los sectores público y privado. 
La idea es poder dar pasos efectivos de avances hacia la erradicación de un problema que afecta el país desde hace aproximadamente 60 años.
Bichara ilustró el problema eléctrico la ausencia de múltiples  acciones que no realizaron en los  momentos requeridos. Es por ello que en estos momentos el sector adolece de dificultades que afectan cada una de las partes del proceso, pues no se invirtió en el momento en que se debía. 
Según el vicepresidente ejecutivo de la CDEEE, el 35% del déficit del sector se puede eliminar por medio de la reducción de las pérdidas a niveles aceptables. 
212 mil telemedidos
Rubén Jiménez Bichara informó que la CDEEE ha incluido en el programa de tele medición a 212,000 nuevos clientes de los 300,000 considerados como consumidores de alta demanda. Este sistema permite controlar a distancia el consumo de los usuarios, a través de sistemas digitales que determinan la cantidad de luz que cada cliente utilice. Esto evita discrepancias entre la energía servida y la pagada. 
El 80% de la energía que se produce es consumido por el 20% de los clientes. “Si logras medir ese 20% de esos clientes, claro de la energía que se factura, estarás blindando el 80% de tu factura y esa población está compuesta por 300,000 clientes”.
Actualmente la facturación de 212,000 clientes de gran consumo ya se realiza por medio del sistema de tele medición. Cuando empezó la gestión de actual administración el número se encontraba en 150, 000.
El último año se añadieron al sistema de tele medición 26,000 nuevos clientes, mientras que el promedio de los últimos cinco años ha sido de 100,000. De esta forma se ha podido añadir cerca de 500,000 nuevos usuarios a la cartera de clientes.
Su impacto sobre el déficit del sector no ha sido significativo, debido a que la mayoría de los nuevos usuarios son de bajo consumo, pues el 80% de los clientes del sistema consume menos de 200 kilos de energía al mes. 
“No hay muchos clientes, cuya unión implique un impacto significativo en la caja”, añadió Bichara.
La telemedición se vislumbra como una herramienta de gran utilidad a la hora de combatir el fraude.
Parques para generar
Bichara explicó que se ha concebido la creación de “polos de generación”, lugares determinados previamente para la generación a partir de cada combustible, por ejemplo, gas natural, carbón, combustibles líquidos, entre otros.
En Punta Catalina de Baní se ha determinado una extensión de terreno hábil para la construcción de plantas de carbón. “Además de las plantas que se han construido estamos previendo unos terrenos adicionales para que cualquier planta a carbón se instale. Allí están los depósitos carboneros, los permisos medioambientales, el muelle, el puerto a granel para el desembarco de carbón”.
Según sus estimaciones, el impacto de esta planta es de US$400 millones. Dice que el carbón no presenta riesgo de aumentos bruscos de precios que impidan recuperar la inversión en el tiempo estimado.
Los planes del Gobierno de diversificar la matriz y aumentar los niveles de generación se complementan con proyectos encaminados a ampliar las redes, con el fin de aumentar la capacidad de transmisión. Esto implica retos considerables, como la distancia, la incursión en nuevos terrenos y la interacción con las comunidades vecinas. 

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