lunes, 24 de junio de 2013

OPINION: Al Doctor Marvel Olivero, in memoriam

POR VINICIO LOPEZ FELIZ
Para Ecos del Sur

Afectado por un grave estado depresivo mayor, tomaste la decisión que la mayoría de las personas que  padecen esta alteración del estado ánimo eligen  como complicación última. Realmente nunca visualizamos factores externos causantes. Todas las especulaciones que circulan carecen de veracidad. Nuestras familias que siempre han estado tan cerca nos permiten solo buscar las causas en una depresión endógena, cuyo origen es fundamentalmente biológico, químico alterando las sustancias neurotransmisoras, no existiendo razones ni causas externas que expliquen la tristeza, la melancolía, la pérdida de la autoestima, la desesperanza y el pesimismo.

Si algún factor externo pudo influir, aunque nunca nos lo comentaste, solo lo explicaría la separación de tus hijos con la partida de tu hijo menor a la Universidad, en donde ya estaban todos sus hermanos siguiendo tus huellas.. Ese amor recíproco y desbordante de padres e hijos que siempre se prodigaron pudo haberte hecho sentir nostalgia, como nos pasa a todos los padres en condiciones similares. Otro factor exógeno pudo haber sido un efecto colateral derivado de los medicamentos antihipertensivos que tomabas para controlar tu tensión arterial.

Tus hijos están tan orgullosos de la profesión que elegiste que decidieron continuar tu camino, seleccionando la medicina como carrera en la que tanta vocación de servicio demostraste. El amor y la  comprensión de tu esposa fueron claves en tu hogar y en la hermosa familia que han forjado. Siempre viviste rodeado del cariño, el afecto y el  aprecio de todos tus hermanos, sobrinos, cuñados, y de las tantas personas que compartíamos los eventos sociales familiares.

Hoy que al fin llega tu despedida del mundo del mundo de los vivos, solo quiero que tu memoria se conserve limpia, inmaculada, tal cual eras. Que a tu muerte física no se una tu muerte moral ni la de tu familia. Me resisto a creer que tantas versiones sean fruto de la maledicencia, la morbosidad y el perjurio. Descansa en paz, Dios seguro te concedió la oportunidad del arrepentimiento y su perdón previo a esta muerte física.

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